viernes, 10 de abril de 2015

Juegos de rol en Educación para el desarrollo (Primera Parte)


Una de las actividades que hemos realizado en Eurocanis ha sido el desarrollo de un juego de rol. Nuestro profesor repartió a cada alumno un papel para interpretar. Se trataba de chavales de 14 años que protagonizaban vidas muy diferentes a las nuestras. Debíamos contar cómo era su día a día en menos de 200 palabras, tratando de separar lo máximo posible nuestra visión española y europea, acomodada, desde tercero de ESO.
¿Cómo viven chavales de nuestra edad en otros lugares del mundo?

Esta es una selección de algunas de las historias.


Historia 01
Alexandra Dragomir nos cuenta cómo es la vida de una niña en Mali con 14 años.

Aisha era una chica de 15 años procedente del país Africano Malí. La familia de Aisha era muy pobre, su familia estaba constituida por su padre, y sus dos hermanos más pequeños. La madre de Aisha murió cuando ella tenía 10 años. Ella vive con su padre y sus hermanos. Poco después de cumplir 14 años su padre tuvo un accidente en la mina de carbon en la que trabajaba, se quedó paralizado. Ya no podía ir al trabajo, por lo tanto se quedó sin la posibilidad de alimentar a su familia. Aisha se vió obligada a dejar el colegio y empezar a trabajar. Le quedaba una sola opción: prostituirse.
Obligada por la situación en la que estaba empezó ha prostituirse.  Ejercía su trabajo en la periferia de una ciudad cercana, el primer día vió que no era la única, habian muchas chicas de su edad, hasta más pequeñas.
La economía de su familía subió, peró ella se estaba consumiendo. Pero no podía dejar lo que hacia porque sabía que si lo dejaba su familia moriría de hambre. Hasta que un día a los 17 años, ejerciendo su trabajo conoció un hombre interesado en ayudar a ella y su familia. La situación cambió, cambió en bien.



Historia 02
Alejandro Alonso se pone en la piel de un chaval que vive en el basurero más grande del mundo: El de Manila.

Hola me llamo Ace. Vivo en el basurero más grande del mundo: Smoky Mountain en Manila (Filipinas). Tengo catorce años y desde que  aprendí a caminar me voy a buscar materiales para construir y mejorar nuestra casa. Es una casa hecha a base de maderas, chapas de metal y  todo aquello que encuentro en medio del escombro. Me fui haciendo  mayor y la situación empeoró. Las peleas entre las familias por un trozo de  cartón aumentaban día a día.  Cada día, niños como yo, recorremos kilómetros en busca de ropa de abrigo que sacamos de dentro de los contenedores de Cáritas.  Mendigábamos alimentos en los supermercados para poder comer.  Tampoco tenemos agua corriente para beber o lavarnos. Tenemos que caminar y guardar largas colas para llenar una garrafa.  
Para algunos no tener el móvil durante unas horas es una tragedia,  para nosotros comer cada día es un milagro.



Historia 03
Ivanna Makiv escribe el diario de una joven sicaria en los barrios mas violentos de Medellín.

9 de Abril, Medellin, Colombia.
Otro día más en este infierno. Cada día me siento más hecha mierda. Me dijeron mis amigas que este trabajo no es de los peores que hay, ellas se prostituyen, venden su cuerpo a cambio de cinco miseros pesos. Dijeron que si no tienes alma puedes vivir de eso. Puedes vivir bien me dijeron.
Pero no. Cada día me siento más monstruo que humana. Cada día cuando me voy a dormir veo en mi cabeza todas esas personas inocentes a las que he tenido que matar, y no puedo dormir. No se si será por remordimiento, culpa o porque no puedo dormir en el suelo entre los trapos que robé a una de las señoras que asesiné. El frío me corroe, lo noto entre mis huesos. Llueve, y al parecer seguirá lloviendo, por que el cielo esta lleno de nubes grises, lloran por la perdida por las personas a las que he tenido que matar. Pero la vida es así o matas o mueres, mueres de hambre, me gano mi pan

13 de Abril, Medellin, Colombia.
Hoy un hombre a venido a buscar a mi padre, uno de los más grandes sicarios que existen en toda América del Sur. Me preguntó descaradamente, como si de un magnate se tratara: “Tú, niña, busco al Fantasma, dónde lo puedo encontrar.” Ya lo sé, llevo metida en este mundo desde que nací. Mi padre, mi madre, mis hermanos...ahora solo quedo yo, todos están muertos y yo tengo los días contados. El hombre me lo volvió a preguntar: “ Niña, dónde está el Fantasma, responde me o tendré que darte una lección.” “ Está muerto y usted está hablando con su hija.” El hombre me dijo que matara a un hombre por 5.000.000 de pesos. No tenía otra, tuve que aceptar, no me quedaba dinero para la comida, desde que mi padre murió...nadie nos contrata.

15 de Abril, Medellin, Colombia.
El hombre está muerto y nadie sospecha de su homicidio. Sigue lloviendo y el empresario me tiene que pagar. Tengo que reunirme con él a las 17.00 debajo del viejo puente. No, no voy a mirarle a los ojos, no puedo, el miedo me corroe, siento como todas esas personas inocentes que he matado

PERIÓDICO “EL COLOMBIANO”

Niña de unos 15 años encontrada muerta bajo un puente, criminólogos afirman que fue un
homicidio provocado, está niña sin identidad ha recibido fuertes apuñaladas por la espalda y fue tirada al rio post­morten.



Historia 04
Lydia Ahibar descubre cómo es el día a día de una joven costurera en Bangladesh.

Hola! 

Soy Darka, tengo 14 años, y vivo en Bangladesh.
He pensado que voy a contaros un poco sobre mi vida… aunque es bastante dura.
Desde que nací hasta los 10 años he estado en mi casa, prácticamente escondida, ya que mis padres no me registraron en la autoridad, lo que quiere decir no estoy protegida contra el abuso, la prostitución y demás…
A los 11 años me hicieron casar con Hassid, un niño de zona, yo tan solo tenía 11 años y no podía quejarme, mi deber es obedecer y no rechistar. 

Ah, por cierto, se me olvidaba, no he ido nunca a la escuela, no tengo derechos al no estar registrada, por lo cual no tengo derecho a aprender…

Por último, os voy a contar una cosa, que en cierto modo es algo secreto… soy una costurera de una fábrica textil. Llevo trabajando día y noche prácticamente desde los 10 años, cobrando una miseria, sin apenas comida.
Para que os voy a engañar, mi vida no es que sea un arco iris, pero siempre he pensado, que después de la tormenta llega la calma, y que algún día, aunque yo ya no esté en este mundo, la libertad de opinión y expresión, la justicia juvenil, el derecho a la educación, la salud y a la identidad será aprobada, y la pobreza, el abuso, el matrimonio, derecho y tráfico infantil serán denegadas y sometidas a pena de cárcel.
Tengo esa esperanza,y aunque me quiten la vida,seguiré con fe desde la tumba. 

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